¿Se puede contar una historia pintando? ¿Puede la pintura ayudarnos en nuestro proceso de transformación y evolución personal...? Pintura terapéutica... pintura técnica. No lo sé bien, pero lo que sí puedo asegurarles es que son muchas las personas que me comparten experiencias que viven con la pintura del estilo "pinto por necesidad", "pinto para liberar el alma", "pinto para sanar", o "pinto para encontrarme y mejorar", entre otras.
Agradezco cruzar personas que me dejan algo más que la compra de un taller o el encargo o compra de una obra. Por supuesto que necesito vender y trabajar, pero el trabajo nada tiene de enriquecedor si además no me permite "dar algo a otros". Dejar algo, una forma de amor, de mirar, de hacer. De pintar. O de contar una historia.
¿Y qué historia voy a contar?
La mía. O al menos, empezar por la mía. La pintura me permite crecer, experimentar grados de conexión con mi propia esencia. Algunos grados son más profundos que otros, algunos más temerosos y otros son con más luz. A través del ejercicio furioso del color, de las letras (a las que les dedico parte de mi trabajo diario porque también escribo) y de personas enormemente talentosas que tengo la suerte de cruzar, hoy pinto. Por qué: porque me hace mejor, perfecciono técnicas y perspectivas, formas de mirar, trazos y demás yerbas, y todo esto me genera una enorme gratitud. Esa gratitud me lleva a invitarlas e invitarlos a que experimenten algo similar. Para eso, pensé y pienso en distintas formas de alcanzar y difundir conocimiento que inspire a los demás, o a vos, que estás leyendo esto en este preciso instante: a través de talleres grupales e individuales, vivos pintando, videos en redes, contenido, y próximamente un webinar gratuito, eventos artísticos, entre otros. O incluso, entrando en contacto con vos en este momento.
Volvé pronto, porque habrá más novedades! :)